miércoles, 22 de abril de 2020

Especial Viernes Santo 2020. Parte IV.

Nos vamos acercando al final de nuestra jornada vivida el pasado Viernes Santo y no hay mejor manera que hacerlo con este poema de la autoría de N.H: Juan Manuel Haro Díaz:


Aquí el texto completo:

OTRO AÑO

Otro año sin sus puertas, abriendo como balcones,
sin que suene su campana cuidando las tradiciones.
Sin su Virgen nazarena, Reina de las devociones,
Amargura de su pena, pañuelo de lamentaciones.

Otro año sin sus ojos, ni Cristo que nos perdone,
sin esa Santa callada que aliviando va a los pobres.
Sin su coqueta Capilla, legado de sus mayores,
que hace ya 40 años fue bendecida entre honores.

Otro año sin sus brazos, cobijo de pecadores,
sin su dorado del paso, historia de devociones.
Sin el llanto de sus hijos con sus negros capirotes,
sin el sol dando en su cara, latir de mil corazones.

Otro año sin el Padre, Redentor de redentores,
Descendido por tu pena y que alivia los dolores.
Miro y no veo su rosa que cae de la mano al monte,
Padre Misericordioso, el auxilio de los hombres.

Otro año sin violetas de una Santa en los balcones,
donde suenan las saetas al compás de los clamores.
Me faltan sus nazarenos, de blanco y negro colores,
cordón rojo y anudado, legado de tradiciones.

Otro año sin su raso, siluetas de cartones,
con su Cruz de Santiago, patrón de España en su nombre.
También nos faltan sus niños, futuras generaciones,
con cirio o de monaguillos y sus caras de ilusiones.

Otro año sin mantillas, de luto y rigor su corte,
sin Verónica ni Virtudes, sin rosarios y sin broches.
Sin la mano de un abuelo que al nazareno soporte
tarareando a su nieto con sus amarguros sones.

Otro año sin su historia, de hombres trabajadores,
sin familias amarguras de toneleras labores.
Faltará también su gente, y sus naranjos y flores,
sin escaleras del paso en la Cruz de tus amores.

Otro año sin sus barrios, sin sus vecinos ni “oles”,
sin sus añejos corrales ni sus coquetos balcones.
Que no están puestas sus calles, palpitando entre temblores,
ni sus casas encaladas engalanadas de flores.

Otro año sin El Cerro, sin su Parroquia y galones,
sin bajar por Real de Utrera con su gente a borbotones.
Que nos falta su Carrera, sus cornetas y tambores,
como la vuelta a su barrio en un mar de sensaciones

Otro año, hermanos...

Y este año no es el agua, sí una tormenta de horrores,
que como buenos cristianos hay que llevar con galones.
Que no se mueva ni un cirio, en casa con tus valores,
que acabe la pesadilla y vuelva el sueño de amores.

Fuertes los quiere en la Fe, el Señor de los Señores,
que recemos mucho juntos y levantemos oraciones.
Porque todo pase pronto y estemos sabe Dios dónde,
pero nos quede el consuelo que alivie nuestros dolores.

Por tantas almas difuntas en un cielo de colores,
donde siempre es Viernes Santo y no caben tentaciones.
Porque se curen los malos y no enfermen más corazones,
que bajo el manto materno María cuide a los mayores.

De aquellos que nos criaron, legaron nuestros valores,
con bastón o pelo blanco y esas manos de temblores.
Que merecen ese auxilio y que estén entre algodones,
porque sin ellos no hay nada, sin ellos, nuestros mayores.

Y por esos sanitarios en esta tarea tan noble,
Madre ponles tú la mano y que la fuerza les sobre.
Y por todos esos cuerpos que luchan porque el mal corte,
por todas las profesiones que tan valientes se exponen.

Y aunque no salga otro año entre tantas desazones,
aunque la pena nos pueda y la paciencia desborde,
aunque sus hijos esperen su tez morena de amores,
seguirá quedando ELLA, rogando mil compasiones.

Y aunque nos falte otro año y nuestra sed no se colme,
aunque no se bañe el barrio de azul y blanco cordones,
aunque la abuela sentada tu ausencia te la perdone
con su llanto y con su moño soñará con tus olores.

Madre…

Otro año que se pasa, sin niños de servidores,
sin que Dos Hermanas rece al paso de tus faroles.
Sin costaleros valientes, sin esa llamada enorme
por los hermanos difuntos del cielo y antecesores.

Otro año que se pasa, como un preso en sus barrotes,
nadando buscando orilla en tu mirada de soles,
donde tus mejillas sanen y tus lágrimas se evaporen
en blanco encaje bolillos que te alivie lo que llores.

Otro año pasará y volará como un resorte,
como te canta tu salve refugiando a pecadores.
¡¡¡Y llegará el año que viene rodeada de fervores
y tu pueblo nazareno te dedicará sus “OLES”!!!

Juan Manuel Haro Díaz.

Terminamos nuestra especial y particular Estación de Penitencia 2020 con el canto de la Salve AMARGURA: 


Gracias a todas las personas que nos han hecho llegar a través de las distintas RR.SS fotografías, manualidades y que nos han hecho partícipes de como han vivido esta jornada de Viernes Santo.

Aquí os dejamos distintos links donde podréis revivir las distintas estaciones de penitencia de años anteriores: